Comunidad de Huiloc Patacancha: mantas y tinte de lana

El encuentro con la comunidad de Huiloc Patacancha fue decisiva en el avance de Ayud’Art en materia de comercio ético. Un momento crucial, una conmoción, una toma de conciencia.

En el camino que lleva a la comunidad primero, estas dos horas de camino sin cruzar un comercio, un hospital, este alejamiento que acerca uno a sí mismo, fortalece y fragiliza.

En el encuentro con la comunidad luego, la lengua quechua, la pureza de los ademanes, la fuerza de las tradiciones.

Se trataba ahí de algo muy distinto a la fabricación de artesanía. Estas 96 personas, en seguida, se hacían los embajadores de estos pueblos a quienes, a lo largo de los siglos, la historia, demasiado a menudo, ha violentado, fragilizado, amenazado por el avance inexorable de la modernidad. La cultura de Huiloc se contempla, enriquece con su parte de belleza y de verdad. Se desprende de ella una convicción de dignidad igual, lejos de los estereotipos del «salvaje» o del «primitivo».

Ayud’Art decidió sacar fotos, filmar Huiloc, lejos de todo voyeurismo, para dar a entender el valor eminente de estas culturas diferentes, a veces sepultadas, muchas veces amenazadas, estas «flores frágiles de la diferencia». El acto llevaba de pronto un mensaje profundo, un condensado de la negación del etnocentrismo. Rechazar en bloque este falso evolucionismo, según el cual algunos pueblos estarían fijados en una fase anterior de la evolución humana, sus culturas llamadas «primitivas» sólo interesarían como objetos de estudio para el etnólogo. Los miembros de la comunidad de Huiloc son depositarios de sabidurías ancestrales, de un imaginario refinado, poblado de mitos maravillosos, de altas expresiones artísticas cuyas obras de arte no tienen nada que envidiar a las más bellas producciones del arte occidental.

Entrar en contacto con la comunidad de Huiloc y darle un buen sitio en los puestos de venta de Ayud’Art supera ampliamente el comercio, hace dialogar las diferencias, teje los hilos de la aventura humana, hace hincapié en el valor de la alteridad.

Cuando el siglo XXI parece buscar a tientas un modelo de desarrollo que preserve nuestro medio ambiente, ver a estas mujeres y estos hombres dominar a cielo abierto los recursos naturales de la herboristería que los rodean, fue uno de los momentos de gracia en el avance de Ayud’Art en materia de comercio ético.

Porque pensamos que esta diversidad es un tesoro que nos toca preservar, nos alegra presentarles la comunidad de Huiloc Patacancha y su trabajo.

La communauté de Huilloc Patacancha. A chaque graine, pierre, feuille, cochenille sa couleur. Des femmes qui ne parlent que Quechua nous présentent leur travail
Des spécialistes de la teinture naturelle. La laine trempe dans le de l'eau bouillante avec les précieux ingrédients. et se colore
dans des gammes uniques sans aucun ajout chimique. Selon des traditions ancestrales, en famille. Dans un étonnant ballet de couleurs.